Meditación

LA MEDITACIÓN COMO FORMA DE ORAR.

La meditación como experiencia de oración hunde sus raíces en la más antigua tradición cristiana de la oración de Jesús o del corazón. Dicha oración se inscribe en la llamada "oración monológica", que se refiere a la repetición de una sola palabra o frase breve.

Tal palabra, que tradicionalmente es el nombre de Jesús u otra palabra sagrada apunta a hacer descender la mente al corazón, para que la oración se establezca en el nivel profundo del espíritu.

Esto se logra por la repetición continua de tal fórmula a fin de que todo el hombre se concentre en un punto de atención a la presencia de Dios en él, presencia que va más allá de los pensamientos o emociones, razón por la cual la repetición de tal fórmula intenta evitar toda distracción al concentrarse en ella.

Esta práctica orante se convierte en algo muy beneficioso para el hombre en general, dado que el entrenamiento propio de la atención lo capacita para desarrollar armónicamente todas las áreas de su personalidad.

A todo esto se debe la importancia de enseñar a meditar a los niños y adolescentes, porque permite un profundo crecimiento en sus experiencias espirituales a la vez que le posibilita vivir un nivel de vida de mayor salud.

 

En nuestra institución, ejercitamos desde temprana edad esta práctica, con los niños de Jardín de Infantes, Nivel Primario y Nivel Medio. Con la continuidad, los beneficios son palpables.

Además se abre a los padres y a la comunidad en general, los primeros días Lunes de cada mes con la guía y acompañamiento del padre Sergio Mancini, propulsor de esta forma de oración en la Comunidad Adoratriz.

 

Cada día, a la misma hora, se repite el ritual. Las aulas se llenan de silencio a eso de las 8 de la mañana y, a la tarde, sucede algo parecido. Suena música suave, de relajación o cristiana. Los chicos se sientan cómodos, con la espalda erguida, cierran los ojos y repiten un mantra. “Jesús” o “Maranatha”, que, en arameo, significa “Ven Señor en mi auxilio”. Las palabras sagradas, según dicen, sirven para aquietar el cuerpo y la mente. La técnica es simple, pero no es fácil.

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